Cómo quisiera poder expresar lo que sentí, cuando repetí esta frase, después de una llamada telefónica con una persona, en donde su actitud me hizo reflexionar, decir la oración de la serenidad, y terminé diciéndome me ofendo sin haber ofensa.
¡Qué frase tan liberadora!
Cuando vas a grupo de apoyo, y comienzas a leer las reflexiones, a trabajar en el 4o y 5o paso, me percaté que en infinidad de veces me sentí ofendida por otras personas sin que haya habido ofensa. Y les voy a decir ¿por qué?
En miles de ocasiones me sentí ofendida, porque no pude controlar a nadie, porque no hicieron lo que yo quería que hicieran, porque no piensan igual que yo, porque no comentan lo mismo que yo, o simplemente no están de acuerdo conmigo.
Si yo quiero ser libre de elegir, libre de pensar, libre de expresarme, libre de creer o no creer etc., debo de soltar a los demás y dejarlos también elegir.
Aquí es en donde yo podría aplicar mi libre albedrío y respetar el libre albedrío de los demás. Dejar y soltar lo que los otros hacen, dicen y piensan.
Con esta frase, me quité un peso enorme de encima, y logre hacer un acto de reconciliación conmigo y con las personas con las que supuestamente me hicieron una ofensa.
Todo está en mí y no en ellos. Dejaré de ser víctima, dejaré de ser esclava de los demás y empezaré a confiar en mí.
Que importante es, el respeto al derecho ajeno es la paz, cuando hay respeto no hay ofensas.
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