Hace unos 13 años comencé tomando diplomados de Desarrollo Humano con los Jesuitas de la Cd. de Monterrey, a partir de ahí comenzó un largo, doloroso y bendecido camino de recuperación.
Fue cuando hice conciencia de que mi familia "Perfecta" NO LO ERA. Eramos solamente una familia tratando de salir adelante a través de bendiciones y adversidades, cada uno haciendo lo mejor posible, solamente que la PERFECCIÓN la hice a un lado. Ahora somos perfectamente imperfectos.
Todo ese comienzo, me preparó para lo mas duro que íbamos atravesar como familia, "la adicción de mi hijo y la adicción familiar". Ahí es cuando tuve que despertar de manera involuntaria. La adicción de mi hijo, fue un grito de auxilio de mi hijo, fue un ayúdenme, no puedo mas con esto.
Esto nos unió aún mas como familia y cada uno en su momento y en sus necesidades recibió la ayuda necesaria. La Clinica Nuevo SER nos ofreció no solo la recuperación de mi hijo, sino mi propia recuperación y la de la familia, con terapias familiares, individuales y retiros de fines de semana.
Hacer cambios en mi manera de pensar, en mis acciones, en mis palabras, me llevaron a tener mucha paz, a reconocer que yo también necesitaba mucha ayuda y que tenía que desechar muchos mitos, juicios, estigmas y creencias.
Esto no terminó el día que a mi hijo lo dieron de alta, el camino sigue, la recuperación es un modo de vida, nuevo, de cambios constantes, de enfrentar la adversidad de manera diferente y de reconocer que todo me lleva a un camino de crecimiento.
Dios no hace mi tarea, Dios me ha acompañado a través de su amor y bendición, para que yo haga lo que tengo que hacer y reconocer que soy capaz de salir adelante, de llevarme un gran aprendizaje y de que todo lo que he vivido es una bendición, ya que me ha llevado a ser la persona que soy ahora.
Marycarmen Blanco
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