El control omnipotente consiste en la fantasía de que la fuente de todo lo que sucede es los deseos de uno mismo; se basa en el no reconocimiento de la existencia separada de los demás con una voluntad diferente de la propia. En sus manifestaciones más benignas puede aparecer como la convicción de si uno quiere algo, lo que sea, lo puede conseguir con tal de ponerse a ello; cosa evidentemente irreal, pero motivadora. Hacer uso de esta defensa demasiado frecuentemente impedirá que el individuo pueda establecer relaciones de causalidad realistas que le orientarían para alcanzar sus objetivos.
mecanismo de defensa: control omnipotente
Actualizado: 27 dic 2022
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