Hace unos días, una amiga muy querida me mando este texto escrito por ella, el cual compartió en su cuenta de instagram, le pedí permiso de publicarla y traducirla al español, para que todas las personas que sufren de una enfermedad o trastorno mental no se sientan solos.
A menos que seas mi amigo o familiar más cercano, probablemente no sepas que tomo una combinación de 7 medicamentos solo para funcionar. Probablemente no hayas oído hablar de las pilas de carpetas en mi armario, cada una de los muchos programas de tratamiento a los que he asistido. Probablemente no estés al tanto de mis muchos diagnósticos y cómo paso cada día descifrando ¿cómo? navegarlos. Probablemente no sepas que lucho con una enfermedad mental grave.
Durante los últimos 2 años, he estado entrando y saliendo de todos los niveles de atención posibles. Aprendí las habilidades y conozco las afirmaciones y probé todas las terapias. Y aun así mi enfermedad mental se manifiesta, gritando que soy una carga y que no merezco la vida. Cada día es agotador, es como llevar un chaleco lastrado donde quiera que vaya.
Cada vez hay más conciencia sobre la salud mental, lo cual es increíble. Pero esa conciencia no siempre se extiende a aquellos que se disocian, se autolesionan, intentan y más. Escondí mi lucha durante tanto tiempo y finalmente llegué a un punto en el que quería compartir porque sabía que había muchos otros como yo, escondiéndose y sobreviviendo a duras penas cada día. Esta soy yo gritando "¡ESTAMOS AQUÍ!" Existimos y sufrimos, también somos tan malditamente resistentes. Y necesitamos ser vistos. Reconocidos. Sostenidos y cuidados. Con frecuencia pareciendo “funcionales”, enmascaramos y suprimimos hasta que solo queremos que nuestro mundo se detenga. Tenemos miedo de agobiar a los que nos rodean, por lo que sufrimos en silencio. Este ciclo se repite hasta que nuestro mundo se rompe y nos destrozamos, dejándonos sin esperanza y sin la voluntad de vivir otro día.
Escribo esto reconociendo plenamente el privilegio que tengo de poder acceder al tratamiento. Es algo que nunca daría por sentado. No comparto mis experiencias por atención o lástima. Sé que no estoy sola en mi lucha, pero a menudo me siento tan sola e incomprendida. A los que están en las trincheras conmigo, estamos juntos y por eso hay esperanza. A los que nos ofrecen una mano, gracias. Y para terminar, me gustaría compartir algo que me digo todos los días: no me gusta lo que está pasando y soy capaz de tolerarlo. Un día a la vez.
コメント